Etapa 7: Cerca de Esmara-Cerca de Assa

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Cuando sale el sol, nos levantamos. Deben de ser más o menos las 8 de la mañana.

Avanzando por el desierto, al poco entramos en una hamada. Son grandes extensiones de tierra y piedras totalmente llanas.

Y pronto entramos en un chott, un lago seco. Avanzamos muy rápido, ya que la llanura y la práctica ausencia de baches nos lo permiten. 

Pero ir tan rápido tiene sus consecuencias. Un grupito de coches, que vamos un poco más a la izquierda que el grupo principal, nos encontramos de repente con una zanja cavada por el agua muy profunda. Mejor o peor, todos la sorteamos, no sin antes llevarnos un susto trenemdo, y algunos un golpe importante en los bajos. La peor parte se la lleva Sergi, que del golpe se le ha partido el chasis en la puntera delantera izquierda, en una zona en la que ya se había reparado algo.

Visto ésto, él y otros más deciden ir a reparar a un taller a la ciudad más cercana, aunque primero hay que salir del chott.

Al final del mismo nos encontramos con uno de los Muros de la Vergüenza. Son los muros que el gobierno marroquí construyó durante la guerra con el Frente Polisario según iba avanzando en la ocupación militar del país, para aislarles. Los distintos muros tienen más de 2000 kilómetros de longitud y tienen puestos militares de vigilancia cada poca distancia. Según Marruecos fue avanzando, esos muros y esos puestos se fueron abandondando. Se tiene constancia de que están minados. A veces también en los alrededores.

Al otro lado del muro podemos ver espejismos, ese efecto óptico por el cual parece que hay agua, pero que se aleja según vas llegando a ella.

Giramos a la izquierda, bordeando el muro y nos dirigimos hacia las montañas. Tenemos que atravesarlas.

El paso es un tanto complicado, con unas piedras muy mal puestas en mitad de la subida, así que decidimos subirlo con cierta separación entre nosotros.

Al pasar al otro lado encontramos un pozo, donde evidentemente, paramos a descansar un poco y hacer algunas fotos.

Buscamos el punto marcado para la acampada mientras atardece. Los colores y la luz que hay por aquí son espectaculares.

Hoy nos acostamos pronto porque al día siguiente hay que madrugar. En dos días y 600 kilómetros que llevamos de desierto, sólo hemos atravesado un poblado y visto a 4 personas.

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