Etapa 8: Cerca de Assa-Foum El Hassan


Como viene siendo habitual, en cuanto sale el sol, ya nos estamos levantando.

Recibimos la visita de unos lugareños (¿de dónde habrán salido, si por aquí no hay nada?) que vienen en una mobylette y Gus se da una vueltecita con ella.

Terminamos de recoger y seguimos pista.

La ruta de hoy nos lleva a pasar por un antiguo campamento militar español. Antes, Sentico y yo tenemos que parar para apretar unos tornillos de la baca que se han aflojado y ésta va golpeando en el techo. Mientras lo hacemos, el resto del grupo se da una vuelta por el campamento, y entre los muchos restos de la ocupación española, se encuentran un proyectil RPG sin explotar. Así que muy suavemente, recogemos todo y nos vamos de allí.

La pista que tenemos marcada está a la izquierda, en la falda de las montañas, pero esta muy rota, con muchísimas piedras sueltas y muchos baches y avanzar ahí se convierte en un suplicio. Un poco más a la derecha está la nueva pista que la sustituye, recientemente construida. En comparación, ésta parece una autopista.

Pasamos cerca de algún puesto militar, desde donde nos observan. Estamos relativamente cerca del último muro que separa el territorio controlado por el Polisario del territorio ocupado por Marruecos. Y además, también estamos relativamente cerca de la frontera con Argelia, que lleva muchos años cerrada. No les hace mucha gracia que estemos por aquí, pero mientras sigamos esta dirección, no les importa mucho.

Seguimos encontrando dromedarios solitarios.

En un momento dado hay que atravesar un pequeño oued que aún está húmedo. El barro que hay por aquí es muy denso y nos atrapa a algunos. Así que con algo de ayuda, salimos de aquí y continuamos.


Salimos hacia la izquierda de la pista y encontramos el paso para atravesar la montaña. No parece que esté muy frecuentado



El viento y la erosión provocada por los granos de arena que arrastra esculpen las rocas con formas caprichosas.

Por fin, llegamos a Assa. Aquí paramos a comer en un asador de pollos al lado de la plaza principal donde también está la mezquita. El pollo, acompañado con su correspondiente Poms (un refresco de zumo de manzana con gas muy típico de Marruecos), estaba muy bueno. Muy especiado, como toda la comida aquí. Y sin más, después de comer, seguimos camino. Nos volvemos a acercar al muro. Lo llevamos a la derecha todo el rato Tenemos previsto cruzarlo por un punto en el que está abierto. Al llegar allí, es un punto de control militar y no nos dejan seguir. Les explicamos adónde vamos, que no tenemos pensado acercarnos más a Argelia, les enseñamos en mapas que llevamos impresos cuál es la ruta prevista, pero nos insisten en que no se puede pasar. Nos obligan a desviarnos por otra pista que sigue paralela al muro y más o menos en la misma dirección que buscamos.

Llegamos a Foum el Hassan y nos damos una vuelta por el pueblo. Estamos muy cansados. Llevamos tres días ya de desierto, kilómetros y kilómetros de arena, piedras y polvo. Nos quedamos en la plaza del pueblo para tomar un té. Pero el dueño de la tetería nos dice que no tiene mesas y sillas para todos, así que sacamos las nuestras de los coches y las ponemos en la plaza. La gente del pueblo alucina. No están muy acostumbrados a ver turistas por aquí. Y mucho menos que sean capaces de montar el chiringuito que hemos montado en poco tiempo.



Después del té y los cafés, continuamos al punto que tenemos marcado como lugar de la acampada. Esta será la tercera seguida. En los mapas y en internet, lo único que hay en el punto marcado es un bivouac, una explanada que alguien alquila para acampar, sin casi ningún servicio.

Cuál es nuestra sorpresa cuando, al llegar, ya casi de noche, nos encontramos con un camping enorme, dotado de todos los servicios imaginables (cafetería, restaurante, duchas, baños, piscina...) llevado por dos franceses que se han establecido aquí. Además de las parcelas y la explanada para poner las tiendas, tiene bungalows de dos plazas con aire acondicionado y haimas de 6-8 camas. Todo muy limpio y muy nuevo. Alguno elige quedarse en los bungalows, pero la gran mayoría nos distribuimos por las haimas.

Para cenar, nos juntamos todos en una mesa enorme y Reyes va friendo huevos como si no costaran.

Un grupito de rezagados no encuentra la entrada al camping, y dando vueltas al muro que lo rodea, al bajarse del coche para mirar bien, Luis sufre un pequeño accidente y se atraviesa el pie con una hoja de palmera. No es nada grave, así que se limpia bien la herida, se cura en condiciones, y mañana a seguir conduciendo.

Siguiente etapa: Etapa 9: Foum El Hassan-Tata